No recomiendo películas pero en este caso haré una excepción. El Profesor Lazhar es una de las películas más interesantes que he visto en los últimos años. No es una obra de arte si hablamos desde un punto de vista cinematográfico, pero consigue transmitir emociones muy humanas, que por desgracia ultimamente no están muy al día.
Nominada para representar a Canadá en los premios Oscar 2012 como película extranjera, este film cuenta la historia de una escuela primaria de Montreal, en la que Bachir Lazhar aparece como un inmigrante argelino de 55 años que se postula para reemplazar a una maestra que muere trágicamente en el colegio. Mientras se convierte en el maestro de esos niños, él aprende a aceptar su pasado y su presente.
Las críticas han sido numerosas y todas positivas:
"Lo que hace que la película sea apasionante es la sabiduría y la elegancia con las cuales trata sobre los temas gemelos del dolor y la sanación, y la tranquila belleza de la interpretación de Mohamed Fellag en el papel principal" (Joe Morgenstern: The Wall Street Journal)
'Monsieur Lazhar' construye la esperanza en el rostro de la tragedia y arroja una nueva luz a la cuestión de qué es la verdad y cómo encontrarla" (Rex Reed: The New York Observer)
"Profesor Lazhar propone una cuestión tan necesaria como provocativa: la necesidad y la obligación de hablar de la muerte cuando esta nos ha afectado de algún modo, asumiendo que ese es un tema tabú que se evita o se calla a propósito con tal de esquivar momentos incómodos. Porque... ¿se puede educar desde la evasiva? ¿Cómo seguir creyendo en el sistema cuando algo ha roto el orden establecido? ¿Cómo evitar que lo vivido no influya a la hora de dar o recibir clases? ¿Cómo enseñar lengua cuando extramuros de la institución educativa suceden guerras, atentados terroristas y cosas atroces? Hechos que, precisamente, llenan la historia de la mejor literatura. ¿O realmente todo ello se puede evitar desde el microcosmos del aula? La carga social de Profesor Lazhar es potente: nos obliga a debatir qué debemos enseñar y cómo enseñarlo, y para ello establece una radiografía de padres ausentes, un equipo directivo que responde con evasivas y un profesor abandonado a su suerte que debe elegir entre ser transmisor de contenidos o receptor de sentimientos. Agradezco que Profesor Lazhar no sea un elogio más a la figura del profesor, que lo es y lo debe ser, sino una reflexión sobre aquello que no se enseña en el aula (y desgraciadamente tampoco en casa) y que al final es más importante que cualquier teoría de manual. De gran dureza pero de recuerdo agradable. Una clase magistral de buen cine social." (Xavier Vidal, comentarista en FilmAffinity)
Para finalizar os dejo el trailer. Espero que os guste tanto como a mí....
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